Ya habíamos mencionado en el artículo anterior las dos áreas del rostro que son particularmente sensibles a sufrir un envejecimiento cutáneo, la zona del contorno de ojos y la de los labios.
En realidad, de las dos la zona del contorno de ojos es la de mayor fragilidad, una piel sensible y muy fina que se ve sumamente afectada por el envejecimiento cutáneo.
Además, se dan ciertas condiciones como una red circulatoria y linfática lenta y un área donde suelen acumularse las toxinas de forma más frecuente que en el resto de la piel del rostro.
Por otra parte, las fibras de colágeno que se encuentran en esta zona tienen poca densidad y por ello las arrugas aparecen fácilmente, teniendo el agravante que no existen aquí glándulas sebáceas y por lo tanto tiene poca protección natural.